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Ashwagandha: qué es, para qué sirve y cómo tomarla
La ashwagandha se ha ganado un lugar en el mundo de los suplementos naturales gracias a sus posibles beneficios para reducir el estrés, mejorar la energía y favorecer el equilibrio mental y físico. Aunque su nombre suene exótico, esta planta ha sido utilizada durante siglos en la medicina ayurvédica y hoy cuenta con el respaldo de estudios modernos que avalan muchas de sus propiedades.

En esta guía completa descubrirás qué es la ashwagandha, para qué sirve, cómo tomarla, sus beneficios y posibles efectos secundarios, todo explicado de forma clara para que sepas si este suplemento es adecuado para ti.
¿Qué es la ashwagandha?
La ashwagandha (Withania somnifera) es una planta medicinal originaria de la India, muy utilizada en la medicina ayurvédica desde hace más de 3.000 años. Su nombre en sánscrito significa “olor a caballo”, una referencia tanto a su aroma característico como a la creencia tradicional de que aporta fuerza y vitalidad comparables a las de este animal.
Esta planta se clasifica como un adaptógeno, lo que significa que ayuda al organismo a adaptarse al estrés físico y mental, promoviendo el equilibrio interno. Sus raíces y hojas son las partes más utilizadas para elaborar extractos, cápsulas o polvos que hoy en día encontramos en tiendas de suplementos de todo el mundo.
A diferencia de otros productos naturales que se vuelven populares de la noche a la mañana, la ashwagandha cuenta con siglos de uso tradicional y un número creciente de estudios científicos que respaldan sus posibles beneficios para la salud mental, el rendimiento físico y el bienestar general.

Propiedades de la ashwagandha
La ashwagandha destaca por su combinación única de compuestos activos, principalmente withanólidos, responsables de la mayoría de sus efectos. Gracias a estos, este adaptógeno ofrece propiedades que pueden influir positivamente tanto en el rendimiento físico como en el bienestar mental.
Entre sus principales propiedades encontramos:
- Adaptógena → ayuda al organismo a adaptarse mejor al estrés físico, mental o emocional, promoviendo el equilibrio interno.
- Ansiolítica natural → puede reducir la ansiedad y el nerviosismo, favoreciendo un estado de calma.
- Antiinflamatoria → sus compuestos bioactivos contribuyen a disminuir la inflamación en el cuerpo.
- Energizante → apoya la producción de energía celular, mejorando la vitalidad sin provocar sobreestimulación.
- Neuroprotectora → puede favorecer la memoria, la concentración y la salud del sistema nervioso.
- Inmunomoduladora → ayuda a reforzar las defensas y mantener un sistema inmunitario equilibrado.
- Reguladora hormonal → contribuye a estabilizar los niveles de cortisol y podría tener un efecto positivo en hormonas sexuales.
📌 Dato interesante: muchas de estas propiedades han sido observadas en estudios científicos recientes, aunque la investigación sigue en curso para confirmar su alcance real en distintos grupos de población.

Para qué sirve la ashwagandha
La ashwagandha es conocida por sus múltiples beneficios, tanto para la mente como para el cuerpo. Su uso tradicional y la investigación moderna coinciden en que este adaptógeno puede ayudar a mejorar el bienestar general en diferentes aspectos de la salud.
Entre sus aplicaciones más destacadas encontramos:
- Reducir el estrés y la ansiedad → ayuda a equilibrar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que puede favorecer una sensación de calma y bienestar.
- Mejorar la energía y la resistencia física → es utilizada por deportistas para aumentar el rendimiento y acelerar la recuperación después del ejercicio.
- Apoyar la concentración y la memoria → algunos estudios sugieren que puede favorecer la función cognitiva y la claridad mental.
- Promover el equilibrio hormonal → especialmente útil en casos de fatiga, cambios de ánimo o problemas de sueño relacionados con el estrés.
- Favorecer la calidad del sueño → gracias a su efecto relajante, puede ayudar a conciliar el sueño más fácilmente y mejorar su profundidad.
En resumen, la ashwagandha sirve como apoyo integral para quienes buscan manejar mejor el estrés, potenciar su energía diaria y cuidar su salud de forma natural.
Cómo tomar ashwagandha
Para aprovechar al máximo los beneficios de la ashwagandha, es importante saber cómo tomarla, en qué dosis y en qué formato. Aunque es un suplemento natural, su efectividad dependerá de la calidad del producto y de cómo lo incorpores en tu rutina diaria.
Dosis recomendada para principiantes y usuarios avanzados
La dosis de ashwagandha puede variar según el tipo de extracto y el objetivo de uso. De manera general:
- Principiantes → se recomienda empezar con 300 mg a 500 mg diarios de extracto estandarizado al 5% de withanólidos. Esto permite que el cuerpo se adapte sin riesgo de efectos secundarios.
- Usuarios avanzados o con objetivos específicos → pueden llegar a 600 mg – 1.000 mg diarios, repartidos en 1 o 2 tomas.
📌 Consejo: siempre es mejor comenzar con la dosis más baja y aumentarla progresivamente, evaluando cómo reacciona tu organismo.
¿Es mejor en cápsulas, polvo o extracto líquido?
La ashwagandha está disponible en varios formatos y la elección dependerá de tus preferencias:
- Cápsulas → son la opción más cómoda y precisa, ya que cada cápsula contiene una dosis exacta.
- Polvo → permite ajustar la dosis fácilmente y se puede añadir a batidos, infusiones o recetas, aunque su sabor es algo amargo.
- Extracto líquido → se absorbe rápidamente y es fácil de tomar, pero puede tener un gusto intenso que no a todos agrada.
En cuanto a eficacia, lo más importante es que el producto esté estandarizado y que provenga de un fabricante de confianza.
Cuándo es el mejor momento del día para tomarla
La ashwagandha se puede tomar en distintos momentos, dependiendo del objetivo:
- Para reducir estrés y mejorar el sueño → tomarla por la noche, unos 30-60 minutos antes de dormir.
- Para aumentar energía y concentración → tomarla por la mañana o antes de actividades que requieran rendimiento mental o físico.
- Para uso deportivo → tomarla antes o después del entrenamiento, según prefieras enfocarte en energía o recuperación.
En cualquier caso, lo ideal es mantener la misma hora de toma cada día para que el cuerpo se acostumbre y se obtengan resultados más consistentes.
Posibles efectos secundarios de la ashwagandha
La ashwagandha es un suplemento natural generalmente bien tolerado, pero como cualquier producto activo, puede producir efectos secundarios, sobre todo si se toman dosis muy altas o si existen condiciones de salud específicas. Conocerlos ayuda a usarla de manera segura y efectiva.
Reacciones leves y poco frecuentes
En la mayoría de personas, los efectos adversos son suaves y temporales. Entre los más reportados se encuentran:
- Malestar estomacal o digestivo → como náuseas o diarrea leve, que suele desaparecer ajustando la dosis.
- Somnolencia ligera → sobre todo si se toma por la noche, lo que puede incluso ser útil para quienes buscan mejorar el sueño.
- Dolor de cabeza ocasional → raro, generalmente asociado a dosis altas.
💡 Tip: comenzar con la dosis mínima recomendada y aumentar progresivamente reduce la probabilidad de estas reacciones.
Quién debería evitarla (precauciones)
Aunque es segura para la mayoría, ciertas personas deberían consultar a un profesional de la salud antes de usarla:
- Mujeres embarazadas o en lactancia → no hay suficiente evidencia sobre seguridad en estas etapas.
- Personas con problemas de tiroides → la ashwagandha puede influir en los niveles hormonales, por lo que es recomendable supervisión médica.
- Pacientes con enfermedades autoinmunes → como artritis reumatoide, lupus o hipertiroidismo, ya que podría estimular el sistema inmunitario.
- Personas que toman medicación específica → especialmente ansiolíticos, sedantes, medicamentos para tiroides o presión arterial.
En general, la ashwagandha es segura para la mayoría de adultos sanos, siempre que se respeten las dosis y se elijan productos de calidad certificados.
Tipos de ashwagandha y qué es el KSM-66
En el mercado existen diferentes formatos y extractos de ashwagandha, y no todos tienen la misma concentración ni pureza. Conocer las variantes te ayudará a elegir el suplemento más adecuado para tus objetivos.
Principales tipos de ashwagandha
- Extracto estandarizado en cápsulas → el formato más común y cómodo, con dosis exactas de withanólidos (principales compuestos activos).
- Polvo de raíz → permite mayor versatilidad para añadir a batidos o infusiones, aunque su sabor es intenso y amargo.
- Extracto líquido → se absorbe rápidamente, ideal para quienes buscan resultados rápidos o tienen dificultad para tragar cápsulas.
- Combinaciones con otros adaptógenos → algunos suplementos mezclan ashwagandha con rhodiola, ginseng o maca para potenciar efectos.
KSM-66: la ashwagandha más estudiada
El KSM-66 es un extracto de ashwagandha premium, elaborado exclusivamente a partir de la raíz de la planta, y estandarizado para contener un 5% de withanólidos. Lo que lo hace especial es su proceso de extracción con agua y leche, diseñado para mantener el espectro completo de compuestos activos sin usar alcohol ni disolventes agresivos.
Entre sus ventajas más destacadas:
- Alta concentración y pureza.
- Amplia evidencia científica que respalda sus beneficios en estrés, rendimiento físico, salud hormonal y bienestar general.
- Excelente tolerancia y menor riesgo de efectos secundarios gracias a su perfil equilibrado.
💡 Dato clave: muchos estudios que muestran beneficios claros de la ashwagandha han sido realizados con KSM-66, por lo que elegir esta versión puede ser una apuesta más segura y eficaz.